Galería Co-sobrevivientes

En Puerto Rico hay miles de co-sobrevivientes que día a día ofrecen su tiempo, su carisma y su apoyo a pacientes del cáncer de seno. Conoce estas historias.

Brenda Dávila Colón

brenda-davilaSoy co-sobreviviente de mi madre Virginia Colón y de todos los pacientes que Dios me ha dado la oportunidad de servir en mi comunidad y trabajo. Mi madre vivió la enfermedad a sus 45 años y yo a través de ella a mis 18 años. Ciertamente la vida nos cambió…y no se hablaba de la enfermedad sin pensar en muerte…ella falleció en el 2000, en la lucha. Ciertamente, yo, su co-sobreviviente aprendí en el proceso que uno no lo escoge ser, pero Dios no permite la situación sin un propósito. La experiencia cambió mi vida y forma de pensar hacia la vida me enseñaron a ser solidaria y comprensiva con el prójimo y sobrellevar los retos con amor y actitud positiva. Soy una co-sobreviviente. ¡¡Soy una mujer concientizada de la importancia de una mamografía a tiempo!! ¡¡Llevo 16 años concientizando la importancia de luchar contra el cáncer del seno, pues es una lucha de todos!!

Lorraine Tatiana Morales Correa

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Si la memoria no me falla, hace ocho años atrás me enteré que a una de mis tías le diagnosticaron cáncer de seno. Jamás voy a olvidar aquel octubre del 2008.

Recuerdo haber llegado tarde en la noche ese día de la universidad y haber visto a mami y papi sentados en la mesa del comedor. Entonces, mi madre me dijo: “Tatianita, siéntate tenemos que hablar” para entonces ya el corazón había comenzado a acelerarse… y así, sin más aviso que aquellas cinco palabras me dijo con voz entre cortada “Titi Yolanda tiene cáncer”. El corazón se me detuvo brevemente dentro del pecho y un frío paralizante había comenzado a subirme por los pies. Recuerdo que la acompañe a una (si no dos) de sus sesiones de quimioterapia. Creo que salte varias clases (si no todas) ese día. Observe como ella y otras tantas mujeres GUERRERAS se sometían al tratamiento. Mientras… Yo viví su proceso de enfermedad. Vi como hubo días donde no quiso comer, ni quiso levantarse de la cama, ni quiso caminar. Vi como perdió su corta, pero hermosa cabellera. La vi poco a poco “perder” otras tantas cosas… PERO eso sí, NUNCA la vi perder la FE. Finalmente mi tía alcanzó “entrar” por la ventana de los cinco años de supervivencia específica del cáncer, no lo hizo cómodamente porque la enfermedad le afecto mucho, pero lo logro Gracias a Dios para su Gloria y Honra. Para el año 2014 afortunadamente mi tía no reflejaba síntomas algunos de la enfermedad. Había motivos de sobra para celebrar porque había sobre pasado los cinco años desde su diagnóstico.

Al año siguiente [del diagnóstico] decidí inscribirme por primera vez en la Race for the Cure. Llegué hasta el centro de inscripción en este famoso centro comercial y me inscribí por mí y por ella. Ese día, di mi primer paso en pro de la lucha contra el cáncer de seno… camine en apoyo a la búsqueda de una cura y un mundo libre de cáncer. Esta es mi razón personal para vestir color rosa todos los años en el mes de octubre, (sé que la cura para el cáncer no se consigue vistiendo de color rosa, los 31 días del mes de octubre, pero crear conciencia sí y eso es lo que busco con esto) acepta el reto, acompáñame a crear conciencia sobre la importancia de la detección temprana del cáncer de seno (y cualquier tipo de cáncer). Les invito que de ahora en adelante durante el mes de octubre vistan con alguna pieza de color rosa en apoyo a las(os) miles de GUERRERAS (OS) VALIENTES SOBREVIVIENTES que día a día luchan en contra de esta enfermedad y por los que lamentablemente la perdieron aquí en la tierra pero que GANARON la VIDA ETERNA.

¡Dios les bendiga!